El cáncer de ovario es una enfermedad que afecta a millones de mujeres alrededor del mundo. De acuerdo con estimaciones de la Sociedad Americana Contra El Cáncer, este año se registrarán 21.410 nuevos diagnósticos y 13.770 fallecimientos por esta causa en Estados Unidos. Ahora, una nueva investigación presenta interesantes hallazgos: el cáncer de ovario tendría similitudes con las infecciones víricas.
Particularmente, este estudio toma como punto de partida las infecciones por ADN -causadas por herpes virus, por ejemplo-, en las que en algunos casos se llega a un estado de latencia. Es decir, el virus se mantiene en el organismo aunque el individuo portador no tenga ningún síntoma de enfermedad, haciendo que éste pueda reactivarse en un futuro.
Algo similar ocurre en ciertos tipos de cáncer. En cáncer, se denomina quiescencia al estado de latencia en el que las células cancerosas no se reproducen en el organismo. Estas células cancerosas suelen estar presentes en las primeras fases de la progresión del tumor o quedan rezagadas tras el tratamiento. Para los especialistas, esta última característica genera inmensa preocupación, ya que se puede diagnosticar falsamente a un paciente como libre de la enfermedad y con ello, se generaría un tratamiento tardío o nulo en caso de reaparición.
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¿En qué se parece el cáncer de ovario a una infección vírica?
Las aparentes similitudes entre las infecciones víricas de ADN latente y el cáncer quiescente dieron lugar a un nuevo proyecto: profundizar en la investigación actual sobre ambos fenómenos para identificar puntos en común con la esperanza de encontrar nuevas opciones de tratamiento potenciales para los enfermos de cáncer de ovario desde diferentes áreas de la medicina.
Con estas premisas en mente, la investigadora Sarah Hargett de la Universidad Carnegie Mellon analizó 5 genes del cáncer de ovario, con el propósito de encontrar nuevas alternativas que fortalezcan el desarrollo de tratamientos a ambas afectaciones a la salud. Este análisis fue presentado por primera vez en Reunión anual de la Sociedad de Ingeniería Biomédica (BMES, en inglés).
“Las células cancerosas quiescentes no se han estudiado mucho todavía, y la información publicada sobre este estado de la enfermedad es algo limitada”, menciona Hargett en un comunicado oficial de la Universidad Carnegie Mellon. En su análisis, también se evaluaron los efectos de la inhibición de cada uno de estos genes en la expresión de la enfermedad.
De los genes examinados, se encontró que el gen DAXX/ATRX fue el único que mostró el mismo resultado tanto para la quiescencia del cáncer como para la latencia viral, lo que sugiere que dirigirse a este gen podría ser algún día una opción de tratamiento viable.
“La supresión o inhibición de estos genes induce un cambio para promover el fenotipo proliferativo o lítico de la infección, al que pueden dirigirse las terapias convencionales contra el cáncer o los tratamientos antivirales”, afirma la investigadora. En su opinión, el hallazgo sobre estos genes abre nuevos objetivos terapéuticos viables gracias a su papel como reguladores epigenéticos. A pesar de ello, se requiere mayor profundización para encontrar datos de mayor precisión.
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